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Del enojo
a la acción

Una enfermedad le debe comer a uno la mente, la tranquilidad, y aun así él siempre se mantuvo fuerte

Por: Angel Santiago Franco

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En Colombia, uno de los personajes que más se destaca por sus críticas y peleas en las redes sociales es el caricaturista Matador, quien realiza sus caricaturas por el enojo que le generan las situaciones del país. Este enojo lo mantiene decidido a luchar contra distintas injusticias, mentiras y las incompetencias. Una de sus batallas más importantes fue la de conseguir la eutanasia de su padre Ovidio González. 

 

El 3 de julio de 2015, Ovidio González se convirtió en la primera persona sometida a la eutanasia legal en Colombia. Era un zapatero, ateo, lleno de curiosidad y con un gran sentido del humor, que le heredó a sus hijos. 

 

A Ovidio lo diagnosticaron con un cáncer muy extraño, por el que se sometió a varias operaciones y reconstrucciones de la quijada, que afectaron su forma de hablar. Su hijo, Matador, relata el acompañamiento constante que le dieron desde que se enteraron de su cáncer. “Nunca nos desprendimos de él. Nosotros somos cuatro hijos y nos turnábamos cada ocho horas para estar con él. Y él salió adelante con todo el sufrimiento; mi papá fue un tipo muy estoico y lo soportó con mucha entereza”. 

Gracias a una abogada amiga de la familia, Ovidio pudo comenzar los procesos para acceder a la eutanasia. Al comienzo su esposa era la más disconforme y estaba en desacuerdo con la decisión, pues era muy religiosa, pero al ver la condición en la que se encontraba su esposo, aceptó la realidad y junto a sus hijos se alegraron por él, porque podría descansar después de tan grande sufrimiento. “Nosotros tenemos un apego muy egoísta a las personas que queremos, y es natural en los seres humanos. Pero cuando una persona está sufriendo y esta se quiere marchar hay que dejarla ir, y apoyarla en todo sentido” afirma Matador de manera pausada, con cierto tono reflexivo. 

 

Aunque todo funcionaba correctamente en este proceso, el 26 de junio de 2015, que era el día en el que se esperaba que Ovidio recibiera la eutanasia, se la negaron cuando faltaban solo 15 minutos. Fue en ese momento en que comenzó la batalla de Ovidio y de su familia por su muerte digna. “Una enfermedad le debe comer a uno la mente, la tranquilidad, y aun así él siempre se mantuvo fuerte”, recuerda Matador con mucho orgullo. 

Inicialmente se argumentó que a Ovidio no se le podía aplicar la eutanasia porque era un paciente todavía funcional, pero Matador y sus hermanos se enterarían de que detrás de la decisión del médico de negar la eutanasia, existían convicciones religiosas, influenciadas por el entonces procurador Alejandro Ordoñez, quien fue criticado constantemente por Matador en sus caricaturas. Esto inició una carrera legal y mediática para que Ovidio pudiera morir dignamente. 

 

A pesar de esa negación, la familia nunca desamparó a Ovidio, pues todos estaban acompañándolo en su voluntad. 

“Hicimos hasta lo humanamente posible para llevarlo cómodo al final de sus días, a su puerto de llegada”. 

La lucha de Matador a través de las caricaturas fue uno de los factores que más contribuyó a que lograra conseguir la eutanasia de su padre. Matador obtuvo el apoyo de muchas personas y medios de comunicación que visibilizaron su situación y sensibilizaron a muchos, pero también recibió muchos ataques de otras personas y enemigos ideológicos “Debido a mi trabajo como caricaturista muchos enemigos me atacaron, incluso aun me envían memes de mi papa enfermo para atacarme. Y el procurador no quería que se lograra la eutanasia porque es un fanático religioso”. Muchas de las caricaturas que realizó Matador fueron vistas por su padre, y su lucha no solo sirvió para su caso, sino que logró que en Colombia se hablara mucho más sobre la muerte digna “Es paradójico que, en un país tan facho y rezandero como Colombia exista la libertad de escoger si se quiere la eutanasia”. 

  

 

Empezaron la despedida más de un mes antes de la eutanasia. La casa estuvo llena de amigos y familiares que venían a despedirse o a ayudar Ovidio. Le llevaban cualquier cosa que necesitara, lo hacían sentir acompañado. Todo el grupo familiar y de amigos, o la “Tribu” como dice Matador, estaba preparada, sabía que la muerte es inherente al existir y que no debía dejar una despedida para el final sino hacer que esos últimos momentos estén llenos de paz. No lloraban por lo que iba a pasar, sino celebraban que una persona importante para ellos haya estado en sus vidas. 

 

“Uno llega solo y muere solo…. menos yo”. Estas son palabras que Matador recuerda de su padre en una reunión familiar. 

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Días antes de la eutanasia, Ovidio le reafirmó a su esposa su voluntad de morir dignamente e hicieron un acuerdo en el que ella podría decidir si le hacia una misa o mandaba a cremar su cuerpo después de muerto, pero que su decisión de la eutanasia era definitiva. “Se fue como él quería, eso es lo que me hace sentir más orgullo, de tener un papá con unos cojones tan grandes”. 

 

Este proceso ha logrado inspirar a muchas personas y a sus familias a preferir una muerte digna. Todavía existen muchos tabús, y mucha gente siente miedo de expresarse sobre la muerte y su viabilidad como una opción válida cuando la vida es un sufrimiento o una infelicidad, pero ya se han hecho los primeros movimientos para llevar al país a un panorama en el que se hable de muerte digna como algo bueno. 

“Todos nos alegramos cuando nace alguien, y cuando alguien decide morir a través de una muerte digna, uno debe alegrarse por esa persona, porque fue lo que decidió conscientemente.” 

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