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La banda sonora
 de la vida

Por: Salomé Barreto

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Las emociones no son buenas ni malas, son una respuesta adaptativa de las situaciones

Todo el mundo las vive día a día, son inseparables al ser humano, y, sin embargo, ¿qué son?, ¿por qué se producen?, ¿qué generan? Las emociones están en cada andar, son la banda sonora de la vida. Diana Rodríguez, psicóloga especialista en psicología clínica y educativa, vinculada a la Universidad Nacional de Colombia, trabaja en gestión emocional, es decir, brinda herramientas a los estudiantes para manejar las emociones y las reacciones ante diferentes situaciones de la vida. 

 

Diana se encuentra en uno de los salones donde lleva a cabo las actividades con estudiantes. El salón es grande y a pesar de eso se vuelve cálido con su suave voz que al hablar acaricia las palabras. Sobre una mesa hay una ruleta interactiva que tiene en el centro las emociones. Cada una de ellas tiene un color, felicidad es naranja, tristeza es morado, asco es verde, ira es rojo, miedo es gris y sorpresa es amarillo. De cada emoción se desprenden los sentimientos relacionados a ellas. Esta ruleta ayudará a que sea más entendible la familia de las emociones.

“Las emociones no son buenas ni malas, son una respuesta adaptativa de las situaciones. Las emociones son innatas, es decir, una respuesta natural a una situación. Son intensas, uno no duda de lo que está sintiendo, pero un sentimiento se da luego de esa emoción. Por ejemplo, si yo soy una profe, y digo, saquen una hoja y no les dije nada más, pues van a sentir miedo, es natural, raro sería no sentirlo.” Esta sería la etapa de la emoción, inmediata, en blanco y negro.

  

“Hay diferentes teorías de las emociones, pero hay una que es la de Paul Ekman, donde dice que hay seis emociones principales, felicidad, enojo, miedo, sorpresa, asco y tristeza.” Cuatro de estas seis emociones se consideran las básicas, estas son enojo, tristeza, miedo y alegría. ​Después de la fase de las emociones, se desencadenan los sentimientos, que, siguiendo el ejemplo de la psicóloga, serían las nociones que se tienen de la situación ocurrida, en este caso el estudiante podría angustiarse porque va a perder el examen y en consecuencia la materia. La diferencia que hay entre el sentimiento y la emoción es la experiencia y la historia de cada persona. “Estos estados de ánimo (los sentimientos) se dan subjetivamente dependiendo de nuestra percepción de la realidad.” Según Alan Cowen, científico de las emociones, y Dacher Keltner profesor de psicología de la universidad de Berkeley, hay al menos 450 sentimientos, algunos de estos pueden ser, la benevolencia, el querer el bien para todos, la hosquedad, la falta de cortesía, la turbación, el desconcierto, y unos que suenan más desconocidos como, la disforia, la incomodidad, la inquina, el disgusto, el jolgorio, el regocijo.  

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Diana Rodriguez

Fotografía por : Samuel Suárez

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Cada una de las emociones tiene una función en el ser humano. Estas funciones ayudan a proteger, alertar, analizar, exigir, aprender, compartir. Además, son detonantes para la toma de decisiones de cada persona en su día a día. Sin embargo, estas necesitan de un equilibro físico y mental para así poder gestionarse bien en la mente y cuerpo del ser humano.

 

Existen cuatro aspectos que no permiten que una emoción se gestione de la manera correcta, primero es el tránsito de emociones, cuando las emociones no están cumpliendo sus funciones es porque hay un tema biológico que está desorganizando este sistema emocional, ya sea, porque no se está comiendo bien, no se está durmiendo, etc. Segundo, el no saber qué origina una emoción va a impedir que esta pueda cumplir sus funciones, este desconocimiento ocurre porque se vive con afán y no se deja procesar lo que se siente. Tercero, hacerse los fuertes, los seres humanos bloquean las emociones que percibimos como negativas, para creer que se está feliz, pero lo que se debe hacer es dejar procesar todas las emociones para poder entender lo que está sucediendo. Cuarta, no basta con saber que emoción se está sintiendo; es importante darle nombre para procesarla y luego acudir a un profesional que escuche y ayude a gestionar los sentires de cada persona. No se debe quedar en la parte de saber si domina el miedo, el enojo, la felicidad o la tristeza.  

Diana propone que cada individuo gire la ruleta una vez, esta gira y la flecha cae en la sección de la ira, sin embargo, Diana prefiere llamarla enojo, porque la ira es el sentimiento de querer hacer daño, mientras que el enojo es la emoción que va para al frente y se siente caliente. “Es la más amorosa de toda la gama de las emociones,” dice con un poco de risa. “Porque cuando uno está enojado, uno sabe qué quiere, cómo lo quiere, cuándo lo quiere. Ahí uno está enojado saludablemente,” explica mientras golpea con suaves puños la mesa. “Es estar en autoafirmación.” El enojo saludable ayuda a generar límites, y hace que las relaciones sean más fuertes.  

De nuevo la ruleta gira y esta vez sale la tristeza. Es la emoción que va para abajo, que tiene una sensación fría y hace reflexionar. Con su cálida voz dice: “Esta tiene la función de conectar con lo que nos rodea y con nosotros mismos. Ayuda a reflexionar, a ser críticos, a aprender,” Diana muestra la otra cara de la tristeza. “Al mundo le hace falta tristeza saludable, porque ella es la mamá de la empatía.” La meta de esta emoción es poder aceptar la realidad tal cuál es. “Nos ayuda a tener motivación.” La tristeza hace cuestionar y conectar con el ser humano del porqué de lo que hace, tanto como individuo, como sociedad.

 

Después de un tiempo de estar hablando, la atención de Diana vuelve a la rueda para esta vez toparse con el miedo, la emoción del centro que, aunque también se siente fría como la tristeza esta hace que el humano esté pendiente de su entorno. “El miedo sirve para sobrevivir, para proteger.” El miedo pone alerta al ser humano, porque genera la pérdida del control cuando se vive alguna situación de estrés o ansiedad. 

Por último, mientras Diana tararea “Felicidad ah ah”, la ruleta para justo en esa emoción. Ella levanta los brazos y pregunta, “¿Cuál creen qué es la emoción que nos abre los ojos, que nos hace subir los brazos?”. Es la emoción que va para arriba, que hace brincar a las personas. “La felicidad en particular tiene la característica de estar en apertura de la creatividad, para tener un aprendizaje.” Es la emoción con la que el ser humano comparte y aprende de su entorno. 

Sin embargo, hay veces en que los seres humanos pueden llegar a dejar de sentir emociones, esto pasa porque el ser humano comienza a ignorar sus emociones mediante diferentes actividades que mantengan a la mente ocupada, y así esta empieza a andar en piloto automático. Mientras Diana con sonidos y gestos ayuda a que sus explicaciones sean más amenas, dice: “Hay una línea que, si uno se pasa, podría llegar a un trastorno del afecto.” Este límite hará una desconexión con la emoción, hasta llegar a generar síntomas como la anhedonia, la incapacidad de sentir placer. 

A veces los seres humanos hacen acciones que están fuera de su zona de confort, esto sucede según Diana por, “Un shot (fondo blanco), una intoxicación de hormonas a tope y esto puede llegar a generar desbordamientos y bloqueos de las emociones,” dice con seriedad en sus ojos. 

Para Diana el ser humano está sostenido por cuatro patas, como una mesa. La primera: “el tema biológico; que duerma, que coma saludablemente, que realice actividad física.” Esta pata sirve para no desbalancear el sistema hormonal que activa las emociones. La segunda pata: “el tema psicológico, cómo se procesan las emociones y los pensamientos, para que las acciones sean coherentes.” La tercera es, "El tema social, ¿qué hago a nivel social?, ¿cómo el humano como individuo se mueve en el mundo? y ¿cómo construye país?” La última pata, y la más importante: “la de los principios y valores, estos son los que sostienen realmente esta mesita.” Las emociones, son las que rigen la vida y cómo se actúa en ella. Por eso se debe ser consciente de que son y para qué funcionan, y así aprender a dirigir la banda sonora, y poder seguir “construyendo país.” 

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